Aquí os dejamos la crónica que de nuestra carrera se ha publicado en LA GACETA DEL ARAÑUELO, publicación mensual que se edita en esta población de Navalmoral de la Mata, y que se puede seguir a través de internet en el siguiente enlace.
Organizado por el Club
Deportivo Navalmaraton, se celebró, el pasado domingo día 15 de diciembre, la quinta
edición del Medio Maratón de Navalmoral de la Mata, que congregó a más de 400
atletas en la línea de salida, situada en las inmediaciones del Pabellón
“ANTONIO JARA”. Prueba que ya cuenta, gracias a sus cinco ediciones, con un
arraigo y solera importantes en el calendario de este tipo de carreras.
La principal novedad
de este año fue el cambio, uno más, del circuito, aunque quedando ya como definitivos
el inicio y final en Navalmoral de la Mata, por motivos organizativos y
económicos. Y es que el nuevo era saliendo de Navalmoral atravesando todo el
núcleo urbano, por su calle principal, con dirección a la localidad de
Millanes, donde se situaba la meta volante, y vuelta para Navalmoral por el
mismo lugar, para finalizar en las inmediaciones del citado Pabellón “ANTONIO
JARA”.
Este circuito, por el
que la organización apuesta como definitivo, ha sido, a tenor de los
comentarios manifestados tras terminar, más del agrado de los participantes,
quienes evidenciaron la dureza del circuito propuesto en la pasada edición.
En lo estrictamente
deportivo, decir que Carlos Gazapo, de Valencia de Alcántara, y Raquel Gómez,
de Don Benito, revalidaron el triunfo del pasado año. Al final, cruzaron la
línea de meta un total de 372 corredores.
Atletas, por otra
parte, que procedían de más de cincuenta localidades diferentes de la geografía
ibérica, tanto España como Portugal. Así, había corredores de las provincias de
Salamanca, Badajoz, Toledo, Avila, Ciudad Real, Cáceres, Madrid y Barcelona,
amén de localidades del vecino país luso. Decir que de todos los llegados, un
total de 27 fueron mujeres, y 42 corredores eran atletas empadronados en este
municipio, todo un record.
Cierto es que, si se
compara con respecto a las pasadas ediciones, la participación se ha visto
aminorada, frenándose su progresión alcista, pero podemos encontrar la
justificación en el excesivo número de carreras que cada día pueblan más las
fechas, al abrigo de una imparable afición a este deporte. Y es que el mismo
día, se celebraron dos pruebas en dos localidades relativamente cercanas, que
redujeron el número de participantes, muchos de ellos habituales en otras
ocasiones, como fueron en Calamonte, población a escasos kilómetros de Mérida y
en Sierra de San Vicente (Toledo), igualmente cercana a Talavera de la Reina, lo
que hizo que muchos corredores y clubes de estas localidades y su zona, decidiesen
acudir a las mismas, optando por realizar un menor trayecto antes que
participar en nuestra carrera.
No obstante, este club
se encuentra bastante satisfecho de los resultados que se han obtenido, así
como de las valoraciones, casi todas positivas, que han hecho los participantes
para con la carrera y su organización.
Pero el punto más
importante de una prueba deportiva como la que se llevó a cabo en la mañana del
domingo es precisa la colaboración de muchas personas. Y es que no hay que
olvidar que se ha contado con la ayuda, altruista, de más de un centenar de
personas, entre miembros de la Guardia Civil, Policía Local, Grupos de
Protección Civil de Navalmoral, Jarandilla y Madrigal, así como los voluntarios
del club, entre los que se encontraban integrantes del mismo, así como los familiares
y amigos de ellos, y clubes como Amigos de la Bici y Escuela de Natación
Piscis, que también han aportado su granito de arena, en las distintas
funciones adjudicadas, echado una mano para que en esa mañana, soleada, pero
algo fresca, todo transcurriera sin incidentes dignos de mención.
Gran volumen de
personas el que se vuelca en esta manifestación deportiva, que no puede tener
comparación alguna con ninguna otra prueba que se celebra en la localidad, ya
que las demás se desarrollan en recintos cerrados y habilitados para la
práctica deportiva, y esta prueba, utiliza las calles y carreteras públicas, y se
quiera o no, altera el funcionamiento habitual de la población, ya que hay
calles que se han de cerrar al tráfico rodado, obligándose al desvío de los
vehículos, con las consiguientes molestias para los usuarios, que casi todos
aceptan, aunque siempre haya alguno, que no queriendo respetar esta actividad,
y a sus participantes, utiliza la descalificación y el insulto contra los
mismos y los organizadores.
Organizar una prueba
de este tipo encierra una gran complejidad, ya que se necesitan cubrir muchos
aspectos, empezando con los trámites burocráticos, para obtener los permisos
necesarios, contratación de servicios sanitarios, que son obligatorios, pasando
por reuniones preparatorias, sin olvidar girar visitas a distintas casas
comerciales para conseguir ayuda, bien económica, bien material. Porque sin la
colaboración de las instituciones públicas, como los Ayuntamientos de
Navalmoral y Millanes, la Dirección General de Deportes y Diputación de
Cáceres, y sin la ayuda de las más de veinte casas comerciales que han
contribuido, esto sería muy difícil llevarlo a cabo. En resumen, se puede
decir, que todo este procesa conlleva más de dos meses de intenso trabajo, en
los que los miembros de la organización intentan llegar a todos los detalles.
Y en cuanto al fin de
semana propiamente dicho, decir que todo comienza el viernes, muy de temprano,
por la mañana, recibiendo los productos que se han adquirido, para hacérselo
llegar posteriormente a los participantes, recogiendo los conos para señalizar
el circuito, instalando el podio y stands en el interior del Pabellón. Y una
vez está todo en el recinto, se pasa a la confección de la bolsa del corredor,
con los artículos que se entregan a cada corredor, por su inscripción, cuando
van a recoger su dorsal, que en esta edición ha sido Camiseta técnica oficial
de la carrera, guantes, gafas de sol, calcetines y un desodorante. Un total de
450 bolsas en previsión de los que pudieran venir. Igualmente, hay que preparar
las correspondientes a los voluntarios, como forma de agradecimiento por su
colaboración. Tras esto, se pasa a señalizar cada una de las estancias, salas y
vestuarios para ofrecer los distintos servicios a los corredores: Fisioterapia,
duchas, servicio médico, ropero, bar y zona de avituallamiento.
El sábado, sin dejar
de llevar a cabo tareas, se entregan los primeros dorsales a los corredores que
vienen a retirarlos, dejando todo preparado para el domingo. Y es ese domingo,
cuando está todo en marcha. En el pabellón, preparación de las mesas de
avituallamiento solido y líquido para los corredores. Y a primera hora se
procede a la preparación de unos seiscientos bocadillos de jamón, debidamente
envueltos y dispuestos para su entrega. Y este mismo proceso se hace para los
distintos artículos que se van a entregar a todos los atletas cuando hayan
cruzado la línea de meta, como premio a su esfuerzo.
En otra parte del
recinto cubierto, entrega de dorsales, y recogida de las mochilas de los
participantes. Y, mientras tanto, en la calle, los voluntarios yendo a los
puestos asignados, para la regulación del tráfico, y otros colocando vallas,
conos y cintas para señalizar el circuito. Y, por último, y no menos importante,
una furgoneta de apoyo, encargada de llevar el agua y las mesas a los distintos
puntos de avituallamiento líquido de la carrera, así como colocar los postes
kilométricos, y que, después, se situará cerrando la carrera, encargándose de
retirar todos los conos y cintas, según va pasando el último corredor, para
abrir las calles y carreteras al tráfico rodado. Cuando está todo preparado,
pistoletazo de salida y a correr.
Y empiezan a llegar
los corredores, marcando sus tiempos, en un continuo discurrir de esfuerzos,
objetivos y sensaciones, y se les recibe con un vaso de zumo, para luego pasar
al Pabellón, donde se les suministrará el avituallamiento sólido y líquido que
consta de bocadillo de jamón, botella de agua, botella de bebida isotónica, dos
piezas de fruta, dos zumos distintos, barrita de chocolate, dulce, yogur y bote
de cerveza.
Y todo para que en dos
horas y media, ciento cincuenta minutos después, las calles estén despejadas,
todo haya finalizado, y todos los participantes y sus familiares y amigos, se
encuentren dentro del Pabellón, donde se procedió al acto protocolario de
entrega de trofeos a los corredores y reconocimientos a distintos
colaboradores, finalizando con el sorteo de una cuarentena de lotes de regalos
entre todos los participantes. Para finalizar, cuando todo el mundo se ha ido, a
colocar todo el interior del pabellón, limpiar las salas, y recoger el material
para la próxima edición, con la intención de mejorar todo aquello que este año
no saliera a la perfección.
Desde esta tribuna,
dar las gracias a todos los participantes de esta prueba, ya fuesen corredores,
voluntarios o espectadores, por hacer cada día más grande esta carrera.